viernes, mayo 12, 2006

La estupidez humana

En ocasiones, me pregunto cómo podemos ser tan sumamente estúpidos los seres humanos.

Necesitamos certezas. Las certezas nos hacen ser más fuertes, más felices, nos dan seguridad, mientras que la duda, el desconcierto, nos hace vulnerables, vacilamos, y con dudas, no sabemos que camino elegir.

En definitiva, somos animales dogmáticos, proclives a seguir los pasos de un líder y dejarnos engañar. Cualquier buen comercial podrá vendernos una moto que no existe. El trabajo de un comercial consiste en eso, en eliminar las dudas del cliente cueste lo que cueste y prometer que todo irá de maravilla, y sorprendentemente rápido. Los políticos son simples comerciales, vendedores de alfombras, pero de la vida pública. Y estamos tan programados hacia la certeza que cualquier crítica será respondida por los amigos, familiares e incluso por los desconocidos con un: “no se debe ser tan negativo, hay que ser positivo”. En otro nivel, nos exigirán: “no ser unos perdedores”. En definitiva: “no debemos comportarnos como herejes, hay que aceptar los dogmas, por irracionales que sean, y así, por puro instinto animal, alcanzaremos la felicidad absoluta”.

Quizás nos entendamos mejor a nosotros mismos si nos comparamos con un ordenador: “un ordenador con un mal programa, es un ordenador idiota”.

¿Qué somos? Ciertamente, muy idiotas.