domingo, febrero 26, 2006

Sembrando el odio.

Cuando intentas explicar los resortes y el credo de la mentalidad nacionalista catalana o vasca, que en sus orígenes tuvieron un fuerte componente racista, lo primero que te llaman es facha. Después te ponen de españolista. Lo siguiente que piensan sobre ti, es que estás sembrando el odio contra Cataluña o la comunidad vasca y que los odias.

Curiosamente nada de eso ocurre con los que defienden a capa y espada los postulados nacionalistas vascos o catalanes. A ellos los llaman reconciliadores, demócratas, normalizadores y además son de izquierdas o como mínimo, progresistas.

Esta página no tiene como finalidad sembrar el odio contra nadie.

Muchos catalanes y vascos son contrarios a las ideas nacionalistas y las combaten dialécticamente. Otros muchos, ni siquiera son conscientes del verdadero calado de muchas de las cosas que tienen como verdades absolutas e ignoran que son mentiras de la propaganda nacionalista.

Si usted generaliza y mete a los ciudadanos catalanes y vascos en el mismo saco, y por extensión piensa que todos son nacionalistas, está haciendo un gran favor a los nacionalistas.

La misión de los nacionalistas es dividir, enfrentar, crear resentimientos, victimismos, encontronazos, mensajes simples y demonizadores, todo eso es bueno para ellos.

Si al informarse sobre lo que se dice en esta página usted siente odio hacia catalanes o vascos, está actuando igual que los nacionalistas y les está siguiendo el juego.

Lo único que pretende esta página es informar sobre una situación social concreta y los mecanismos mediáticos y manipuladores que la forman y mantienen.

Espero que quien entre aquí, sepa diferenciar entre lo que son ideas nacionalistas, personas nacionalistas y los que son los ciudadanos de un territorio, que en su mayoría, o en un número muy significativo, no comparten este tipo de ideologías o si caen en ellas, es por puro mimetismo e ignorancia, sin una convicción fuerte que las sustente.

No a la Paz con ETA

El lenguaje no es casual.

Existe una perversión del lenguaje por parte del mundo político, especialmente del nazionalista, que juega siempre a favor de ellos. No hay que aceptar sus reglas lingüísticas. Aceptarlas es un error, es aceptar el mensaje real que lleva cada palabra.


AQUÍ NO HAY NINGUNA GUERRA.


El mundo nazionalista se empeña en repetir una y otra vez la idea de una guerra. Guerra que ellos entienden como entre España y Euskalerría.

Los medios de comunicación en ocasiones, una y otra vez, caen en esta trampa: "la guerra contra el terrorismo".

NO PUEDE HABER PAZ.

Los nazionalista se han empeñado desde hace mucho tiempo en imponer cierta lógica en su mensaje manipulador, y si hay una GUERRA, debe haber una PAZ.

Los terroristas son delincuentes, asesinos, y el término PAZ, no es aplicable a este tipo de casos.

La PAZ, entendida como un proceso, instaura la idea de un fin común para todos, incluidos los contendientes, es decir, que sibilinamente, entraña una negociación, acuerdo o rendición, algo, un punto en el que se consigue LA PAZ.

Desde el punto de vista de un Estado de Derecho, que se supone es el caso Español, LA PAZ no puede admitirse. Esto no es Irlanda del Norte, en el que hay dos grupos militares enfrentados y el gobierno Británico es parte y juez, casi mediador entre ellos grupos que se matan mutuamente. En España se trata de un grupo de criminales que actúan contra el Estado de Derecho. A los criminales se les persigue, se les aplica la Ley, no se pacta ni se negocia, las leyes no son negociables fuera de los parlamentos, aquí no puede existir LA PAZ, aquí sólo puede existir el Imperio de la Ley.

Hablar de PAZ, es aceptar, una vez más, el entramado ideológico nacionalista.

La Bíblia del nacionalista catalán

Podría ser muy extenso, pero intentaré ser sumamente conciso.

Existen unas bases fundamentales que estructuran el discurso nacionalista.

Estas bases son las siguientes:

El idioma propio de Cataluña es el catalán, aquel que no se integra y habla el catalán, lo vive y lo defiende, no es catalán, es un traidor o un mal catalán.

Cataluña es completamente distinta a España, posee una identidad propia, una historia bien diferenciada y si está unida a España es por la conquista.

Los catalanes son por natural pacíficos y acogedores, lo contrario de los españoles o castellanos, que son violentos, zafios, bárbaros e imperialistas. Todo el mundo es bien recibido en Cataluña siempre que sepa integrarse y respete la identidad del lugar.

Ciertamente en Cataluña hay gente que se siente española, pero eso es fruto de las constantes invasiones, las corrientes migratorias fomentadas durante el franquismo, para destruir la cultura y el pueblo catalán y la propaganda española, subvencionada y continua, de los medios de comunicación del Estado. Sin todo eso, el cien por cien de los catalanes se sentirían bien en su propio país, sin contradicciones y serían única y exclusivamente catalanes.

España roba a Cataluña y los catalanes, a los que se les exprime mediante impuestos todo lo que se puede y más con el fin de que Cataluña no pueda levantar cabeza. Territorios enteros de España viven a costa de los contribuyentes catalanes. La opresión y el expolio es tan grande que la única alternativa posible es la independencia, pero España no la permite porque se quedaría sin el dinero de los catalanes.

Los españoles se creen con el derecho a utilizar su idioma en Cataluña, pero eso no pasa en ningún sitio del mundo. Los extranjeros deben asimilarse al idioma que se habla en la nación a la que acaban de llegar o en la que viven.

Cataluña es una nación natural, que se extiende fuera de Cataluña por los Países Catalanes, por el contrario, España es una entidad artificial, un Estado que se ha forjado mediante el derramamiento de sangre, la explotación, la guerra, el saqueo, la amenaza y la mentira. Los españoles no son conscientes de nada de esto porque tienen una mentalidad totalitaria que les impide comprender su verdadera historia y la lucha milenaria de distintos pueblos de la península, vascos, catalanes, gallegos, asturianos y otros, por librarse del yugo español que por razones rapiña, los castellanos han asumido como algo propio identificando España con el castellano.

La forma de pensar de los españoles, su falta de democracia, su intolerancia, su violencia y sus ansias asesinas se pueden seguir por América, continente en el que no dejaron entrar a los catalanes y donde cometieron infinitas atrocidades y robos con cuyo dinero consiguieron seguir doblegando al resto de los pueblos de la Península.

En resumidas cuentas, hay más, pero estas tonterías son la base, la Biblia del buen catalán, vasco, asturiano, gallego, valenciano, etc., etc., etc., nacionalista.