viernes, marzo 31, 2006

¿Cómo luchar contra el Estatut?


Creo que nada se sacará en claro explicando un texto que nadie ha leído y que de entrada, por simple empatía social, parece abrir las puertas del Paraíso.

Centrar el discurso sobre el texto, sería una pérdida de tiempo, como chocar contra un muro de piedra.

¿Cómo luchar entonces contra el Estatut?

Lo primero, habría que recordar al sufrido y olvidadizo ciudadano si hace dos años esto del Estatut le importaba un comino a alguien, a alguien que no fuera Maragall, Montilla, Mas, o Zapatero.

La pregunta no es casual, porque los políticos, esta corrupta clase política, no han solucionado ni uno solo de los problemas que tenía el cuidadano hace poco más de dos años. Si exceptuamos que los homosexuales pueden casarse, medida de gran repercusión mediática e internacional, sin duda necesaria, pero que afecta a un reducido grupo de personas, ¿hay algo más?

¿Qué más ha hecho esta clase política que haya solucionado uno solo de los problemas que padecen los ciudadanos? Han subido la electricidad, los impuestos locales, los transportes, la hipotecas, la precariedad laboral es simple explotación laboral, la educación está por los suelos; la sanidad mata a los enfermos haciéndolos esperar eternamente y hundiéndolos en una maraña de burocracia donde perderán la paciencia; las urgencias está abarrotadas de enfermos cansados de esperar; los pisos de alquiler son pateras ocupadas por extranjeros o “estudiantes”; cualquiera, excepto los políticos y poco más de un 30 por ciento de la población, podría convertirse mañana mismo en un indigente, por la sencilla razón de que tres cuartas partes de los ciudadanos están endeudados y cada vez tienen más problemas para llegar a fin de mes, pero nada de eso es real. No es real para estos corruptos, opulentos y despiadados politicastros que maman de la teta del erario público.

¡Ah!, sí, evidentemente nos han narcotizado creando ellos sus propios problemas, problemas con nombre y apellidos: Plan Ibarreche, Estatuto de Cataluña, Estatuto Valenciano, el CAC, las selecciones catalanas, ahora la mesa de partidos...

Este reparto de poder, estas trágalas, estas bastardas componendas que absorben por completo las energías de una clase política retratada en créditos gratuitos, OPAS, comisiones bajo mano, especulaciones inmobiliarias, nepotismo, informes sobre la reproducción de la gaviota Maltesa y su oculto parentesco con una paloma de la Plaza Catalunya, por el módico precio de 1.999,9 euros; el Carmelo, y sus “avanzados”, “seguros” e increíbles métodos de construcción; los cada vez más modernos barracones escolares; las listas de espera sanitaria, en la fantasía popular, culpa de enjambres de andaluces, murcianos y extremeños que vienen a operarse a la “maravillosa” Cataluña Triunfant; los tribunales lingüísticos y sus multas; la coacción a empleados públicos para que financien el partido del “patrón” de turno”; los “escamots” de ERC en las Universidades, en actos públicos, en centros sociales... todo eso no es nada comparado con lo que se nos viene encima gracias a un Estatuto que dará más impunidad, más poder, más alas y más dinero público, a una clase política que trabaja única y exclusivamente para si misma, sus intereses y sus fantasías políticas.

¿Si sale adelante del Estatuto, en qué beneficiará esta impúdica clase política, todo poderosa, al ciudadano, al que no esté afiliado al pesebre del partido nacional de turno?

La realidad es que cuanto más poder ha conseguido la Generalitat, más inútil, cara y burocrática ha demostrado ser su gestión.

No se puede luchar contra el Nuevo Estatuto, pero se le puede convertir en la personificación de todos los males de esta pútrida clase política que tenemos.

Hay que convencer al ciudadano que no vota, al que se siente traicionado, al que vota pero piensa, acertadamente, que los políticos son unos indeseables, de que este es el momento, el único momento de dar una patada en la boca de esta clase social parasitaria que nada hace por el bien común, pero vive a costa del sudor común de todos los ciudadanos, muy especialmente los humildes, que ahora tienen la oportunidad de revelarse y decir:

NO AL ESTATUT.

Será difícil convencer a nadie de estas verdades, entre otras cosas porque este Estatuto representa más dinero.

Aunque hay que aclararlo, más dinero para lo siguiente:

- los políticos
- las televisiones
- los amigos
- las embajadas
- los proyectos faraónicos de dinamita, expropiación y casa derrumbada por ineptitud manifiesta de los responsables de la obra.
- el nuevo aparato judicial
- la nueva agencia tributaria, que vista la “imparcialidad” con la que funciona la Generalitat, es de esperar actúe con mano dura y sin compasión contra todos los no simpatizantes de Cataluña y su “paisaje nacional”.
- más funcionarios, más papeleos, más oficinas, más inspectores de la Generalitat (algún día contaré cómo son esas inspecciones), más amigos en el pesebre.
- las selecciones catalanas.
- La proyección de Cataluña en el extranjero, que se supone deberá superar lo realizado hasta ahora: reconstruir Sarajevo; reconstruir una iglesia Bizantina en la que unos almogávares, puede que naturales del pirineo aragonés, habían reducido a cenizas hace ochocientos años; mandar más de cien funcionarios a la Biblioteca de Alejandría para entregar 60 libros, por lo visto pesaban una barbaridad; pasearse por algún país con una corana de espinas sobre la osamenta; potenciar el catalán para que pueda competir en igualdad de condiciones con otros idiomas como el inglés, el español, el chino, el francés, el ruso, el alemán, el árabe, el iraní, el turco, el portugués, el japonés... todos ellos con un número de hablantes entre diez, cincuenta y cien veces superior al catalán.

En resumidas cuentas, la libertad de acción de esta oligarquía política con el Estatuto en la mano, les dará más poder para:

- aumentar el impuesto de las gasolinas.
- Inmiscuirse en la vida privada
- Perseguir al disidente haciéndole la vida imposible
- Controlar aún más los medios de comunicación
- Escapar a la acción de la justicia (ya inexistente).
- Establecer criterios de selección del funcionariado aún más arbitrarios, caprichosos y poco objetivos que los existentes en la actualidad.
- Más facilidad para continuar ejerciendo la corrupción.
- Depurar de la Universidad, medios de comunicación, judicatura, policía y resto de la administración a cualquiera que no esté conforme con las ideas de esta oligarquía política.

En definitiva, este Estatuto asesina lo que podría haber sido un Estado de Derecho y nos impone un Estado Fascista de guante blanco, o puede que no tan blanco.

¿Cómo se ha llegado a todo esto, a esta artificialidad social?

Sin Zapatero y su insistencia, da la impresión que los políticos catalanes habrían sido incapaces de ponerse de acuerdo para presentar un texto de Estatuto. La prueba está en que el texto original es un Estatuto disparatado, barroco y redactado por personas que o son unos ignorantes del ordenamiento jurídico vigente, o simplemente, lo desprecian.

Si pensamos que ante la lectura de un artículo del Estatuto de Cataluña, el señor Carod Rovira no sabía decir si era de la Constitución o del Estatuto, habría que deducir que simplemente son unos ignorantes.

Zapatero se autodefine como rojo rojísimo y nos recuerda a su abuelo asesinado hace 70 años como si lo hubieran matado ayer mismo. ¿Tal vez tendremos que ir a las hemerotecas y buscar nuestro presente y futuro, artificial por la gracia de Zapatero, en ellas?

Sobre la alianza de 1933 entre el PSOE y ERC:

“El alzamiento socialista va a ir acompañado de la separación, probablemente irremediable, de Cataluña... En Cataluña la revolución no tendrá que adueñarse del poder: lo tiene ya.”

Esto lo decía en 1934 el innombrable José Antonio Primo de Rivera.

Sustituyamos la palabra alzamiento por la de creación de un PRI mexicano, traducción: “una mafia política que es poder y oposición, todo en uno, y que irremediablemente puede permanecer en el poder durante, pongamos, treinta años o más, todo muy democrático”.

¿Se puede pasar por alto que PSOE y ERC han resucitado y nos han colocado a todos en la misma tesitura política y ante las mismas incertidumbres y con “parecida” crispación que estos mismos partidos fomentaron en 1933?

Y puestos a recordar... ¿Se puede pasar por alto, dentro de la resurrección de la vieja táctica política de la manipulación de masas cueste lo que cueste y de la forma que sea, ¿incluido el asesinato político, la negociación con ETA?, ¿se puede serparar de todo esto el 11-M?

No olvidemos que el 13 de julio de 1936 era asesinado por policías, guardias de asalto y un capitán de la Guardia Civil, José Calvo Sotelo. El atentado del 11-M, también levanta sospechas sobre los cuerpos de seguridad del Estado, la judicatura y la clase política, tan poco interesada en que se investigue el caso. ¿Es esto casual?

Sobre el asesinato de José Calvo Sotelo, que nadie se moleste en buscar datos de su asesinato en la “base documental d´historia Contemporarnaa de Catalunya”, según la historia contemporánea de Cataluña, José Calvo Sotelo nunca fue asesinado, simplemente, murió, aunque no se sabe como. ¿Es también casualidad esta manipulación de la historia?

En sesión celebrada el 25 de enero de 1935, según consta en el número 146, página 5.763 del tomo correspondiente del "Diario de Sesiones", el SR. CALVO SOTELO atacó a la masonería, diciendo estas palabras:

"Y lo digo con toda claridad y sin ningún género de veladuras, porque uno de los problemas fundamentales que tenemos planteado en España es éste de la infiltración tentacular de la masonería en todos los órganos del Estado, incluso en el de los militares...".

¿Será verdad que ZP es masón?

¿Puede un presidente de gobierno o un ministro, o un juez, pertenecer a una organización secreta?

¿Se puede dar más poder a una clase política que ha destrozado lo que podría haber sido un Estado de Derecho moderno y sobre la que vuela la duda de la sospecha en algo tan importante como el atentado del 11-M?

¿No son demasiadas casualidades?