domingo, marzo 04, 2007

Catalonia = dilapidar dinero público.

El gobierno autonómico catalán es toda una institución a la hora de gastar dinero público en la “construcción nacional catalana”. El único pretexto exigido es que aparezca la palabra “Catalunya” o “Catalonia” por algún sitio para regalar dinero público, de todos los contribuyentes, ya sean estos nacionalistas o personas sensatas, lo mismo les da. Este es el mismo dinero que ese mismo gobierno catalán llora y llora desesperadamente, generación tras generación, y del que dice carecer porque es sacado a “expuestas” de Cataluña para mantener el “nivel de vida” de otras comunidades autónomas que viven a costa de los muy sufridos trabajadores, y explotados, catalanes, la mayoría de ellos de origen andaluz, aragonés, murciano y gallego (y puede que en mayor o menor grado de parentesco estemos hablando del 90 por ciento de la población), que forman el estrato más pobre de la población catalana y cuyos apellidos están muy poco representados en las instituciones burocráticas catalanas.

Así, se supone que para continuar con la tradición patria, Joseph Huguet, conseller de Innovación, Universidades y Empresa, ha anunciado que su departamento incentivará a partir del mes de abril la apertura de puntos de venta de moda catalana en el extranjero con ayudas de hasta 150.000 euros.

El dinero público se gastará de dos maneras.

La más sencilla será regalar 70.000 euros al diseñador solicitante en concepto de ayuda por parte de la Generalitat para hacer un primer viaje y sondear posibles locales de ubicación, hacer un estudio de viabilidad del negocio y abrir finalmente la tienda.

La segunda forma de regalar el dinero público, dirigida a los diseñadores más emergentes "a los que les falte musculatura para salir en solitario", como ha dicho el propio Huguet, será mediante la creación de grupos de tres a siete personas, bajo un nombre único que tenga alguna referencia a la moda barcelonesa, para tener en el extranjero "una tienda propia como área de despegue para futuras actuaciones individuales". Estos creadores textiles asociados recibirán de manos del gobierno catalán hasta 150.000 euros para abrir su punto de venta en el extranjero.

¿No es maravilloso que mientras las viviendas son inasequibles, las condiciones laborales son propias del tercer mundo, las inspecciones laborales son inexistentes y laxas, los niños estudias en barracones, no existen suficientes guarderías, ni geriátricos y la sanidad da auténtica pena, el gobierno catalán regale dinero público, de los contribuyentes, para abrir tiendas de ropa en el extranjero?

¿No es fantástico?