¿Quién es usted? Sus hijos ya me pertenecen.
Cuentan que antes de que Adolf Hitler llegara a ostentar el poder absoluto, un airado ciudadano se le plantó delante y le espetó a la cara: “no me gusta su política”. A esto, Hitler contestó impasible: “¿Quién es usted? Sus hijos ya me pertenecen”.
No mentía, las Juventudes Hitlerianas lo abarcaban todo.
Ante el federalismo no pedido por nadie, pero imprescindible para ZP y su camarilla, estamos asistiendo estos días a un rosario de manifestaciones patrióticas de ciudadanos españoles en las que se está poniendo de manifiesto una gran realidad: los españoles no necesitan reproducirse, los políticos vociferan la necesaria llegada inmediata de 5.000.000 trabajadores extranjeros, los españoles no tienen hijos, los hijos salen muy caros, no hay guardarías, no hay ni posibilidad de tener una casa, pero cuando los más valientes tienen hijos, en la mayor parte de las ocasiones no les pertenecen, pertenecen a los políticos de los nuevos nacionalismos disgregadores, pero “milenarios”, de las “¿repúblicas independientes?”, “¿comunidades autónomas?”, “¿feudos de los señores de la guerra?”, el tiempo nos dirá que lustrosos nombres habrá que dar a estas entidades territoriales tan parecidas a la perdida Arcadia Feliz. El caso es que a los abuelos españoles, a parte de protestar, lo menos malo que les puede pasar es morirse antes de que España deje de llamarse España y sus nietos, o alguien, los meta en un campo de concentración para españoles.